viernes, 24 de agosto de 2012

Capítulo 3

  Claudia entra en la biblioteca y se sienta lo mas alejada de él que puede. Después de la visita de Carlos de ayer no se habían vuelto a hablar, ni siquiera en Biología, que él se había sentado con otra.
-¿Me dejas un boli?- Claudia vuelve a la realidad. Se da cuenta que el compañero que tiene justo al lado la mira. Tiene unos ojos preciosos verdes, moreno de piel y pelo castaño claro despeinado.
-¿Me dejas un boli o no?
-Eh, sí toma- dice ella y busca en su estuche- Aquí tienes.
-Gracias- dice, y sigue escribiendo concentrado en su libreta. 
  Al cabo de un rato se da cuenta que el chico la sigue mirando por el rabillo del ojo.
-¿Te han castigado?- pregunta Claudia.
-si 
-¿Por qué?
-Por pedirle la goma a un amigo en un exámen, se cree que me estaba copiando. 
-Normal...- dice Claudia sonriendo- Si hablas...
-Pero no he hablado- dice el chico levantando la mirada del papel.
-¿Entonces como le has pedido la goma? ¿en morse?
-Jajajajaja no...-se ríe- por señas.
-Pff jajajaja
  Se miran sonriendo.
En ese momento se escucha el ruido de la puerta abrirse de un portazo. Una chica alta joven, pero no una alumna, entra haciendo sonar sus tacones y examina las caras de una en una. La muchacha de pelo moreno se queda mirando fijamente a el chico que estaba hablando con Claudia.
-¿¿QUÉ HACES AQUÍ??-le grita delante de todo el mundo. Los pocos que están allí, en la pequeña biblioteca del colegio, incluído Carlos giran su cabeza para ver la escena.
-Es que me han castigado- dice el chico muy bajito.
-¡¡SAL DE AQUÍ AHORA MISMO SI NO QUIERES MONTAR UNA ESCENA!!
-Pero, pero... ¡¿te estás viendo?!- dijo alucinado, y ya en un tono mas alto.
-¡¡LEVÁNTATE!!
-¡¡¡No me trares así!!!
-¡¡TE TRATO COMO ME DE LA GANA!!- con esto sale de la biblioteca haciendo sonar aún mas sus tacones. Todos se quedan mirando al pobre chico que estaba de pié mirando la puerta. 
  Se acerca a su sitio y recoje sus cosas.
-Lo-lo siento- le dice a Claudia con lágrimas en los ojos- Ya hablamos...- sale por la puerta y se escuchan sus zapatos por el pasillo.
  Tres niñas que estaban juntas en una mesa la miran, dos chicos mayores también, de pronto se da cuenta de que todos la miran. Claudia baja la cabeza avergonzada y la sube en seguida porque nota que alguen más la mira. En cuanto se cruzan sus miradas Carlos mira hacia otro lado. En lo que queda de recreo no se concentra ni una sola vez.
  ¿Quién era esa chica? ¿y él? que chico más simpatico, pero también extraño. Pronto saldría de dudas porque él se había quedado con su boli.